Resumen. La eficacia de las comunidades terapéuticas para tratamientos residenciales a largo plazo tienen una base empírica pero históricamente han estado aisladas y ajenas al mundo de la investigación. 

Este artículo describe una comunidad terapéutica que tiene como motor de su filosofía a la Terapia Racional Emotiva Conductual y se presentan los resultados del seguimiento. 

La polémica existente es si las comunidades terapéuticas son especialmente recomendables para el tratamiento de personas con diagnóstico dual o no.

Las comunidades terapéuticas: antes y ahora

Las Comunidades Terapéuticas (CTs) surgieron en los años 60 como tratamiento de ayuda por un igual y de autoayuda para el consumo de drogas y dependencia. 

Se crearon debido a la falta de centros médicos, psicológicos y correccionales especializados en consumidores de drogas que recuperaran a drogadictos y alcohólicos y fueron los primeros participantes en las CTs. 

Varios estudios de investigación (Departamento de California para el Alcohol y las Drogas, 1994; Psicología de Comportamientos Adictivos, 11, 1997) han sugerido que las CTs pueden ser eficaces en el tratamiento del consumo de drogas. 

Sea como fuere, en el campo del tratamiento del consumo de drogas, persiste, entre otras, la idea de que las comunidades terapéuticas son sociedades cerradas, no científicas, incluso un poco tenebrosas.

Parte de la credibilidad de estas impresiones se debe a la precoz CTs-Synanon, la más famosa y finalmente la más infame. 

La caída de esta última CT en la crueldad y su postura de tipo sectario en contra del mundo exterior nos dice más sobre su liderazgo y su visión de la naturaleza humana sobre las CTs en si mismas – debemos enseñar a la gente a pensar qué pensar, no cómo pensar acerca de las CTs. 

Uno de los propósitos de este escrito es mostrar a los lectores que las CTs pueden valorar la ciencia, estar abiertas a la investigación y pueden tener como objetivo enseñar a la gente a pensar e incluso como pensar sobre su manera de pensar.