Objetivos: Este estudio comparó unos regímenes de dosificación de buprenorfina de 24-,48-,72-, y 96- horas en pacientes externos dependientes de opiáceos.

Métodos: Catorce sujetos recibieron buprenorfina en una prueba superior doble a ciegas, con control de placebo.

Las dosis de mantenimiento diarias sublinguales eran de 4 mg/70 kg (n=5) y 8 mg/70 kg (n=9). 

Tras un periodo de estabilización de la administración mantenida, los sujetos recibían, seleccionados al azar, cuatro regímenes de dosificación por cinco repeticiones de cada régimen: una dosis de mantenimiento cada 24 horas, una dosis doble de mantenimiento cada 48 horas, una triple dosis de mantenimiento cada 72 horas, y una cuádruple dosis de mantenimiento cada 96 horas. 

En los últimos regímenes de tres dosis, los sujetos recibían un placebo en el o los días interpuestos.

La participación dependía de la abstinencia de opiáceos y de la asistencia clínica diaria.

Resultados: En relación a las dosis estándar de mantenimiento, ninguna de las dosis altas produjeron efectos agudos.

Se anotaron los cambios en los índices de los efectos subjetivos de abandono y el tiempo desde que se aumentaba la última dosis activa durante los regímenes de dosificación intermitente, aunque la magnitud de estos efectos fue relativamente baja y podía compararse a las de otras observadas en estudios distintos de dosificación de días alternativos.

Conclusiones: Estos resultados apoyan la viabilidad y seguridad de los regímenes de dosificación de buprenorfina dos veces por semana.

Según el National Institute on Drug Abuse, la intervención más efectiva para prevenir que el virus de inmunodeficiencia humano se extienda es el mantenimiento con metadona, que reduce tanto el uso de opiáceos como de otras drogas. 

Pese a sus beneficios, la metadona tiene algunos inconvenientes. 

Como agonista total de los opiáceos, la metadona tiene un riesgo de abuso significativo y puede causar crisis respiratorias, resultado de sobredosis y muerte.

Ante estas premisas, las reglamentaciones federales demandan una asistencia clínica frecuente (de 6 a 7 días por semana). 

Este esquema de dosificación frecuente puede, no obstante, resultar un obstáculo para el tratamiento, especialmente entre los pacientes con responsabilidades de trabajo o de cuidado de los niños. 

La dosificación diaria también es una carga para las instalaciones donde se da el tratamiento, algunas de las cuales imparten dosis diarias a más de 900 pacientes. 

Los pacientes que usan metadona prefieren las dosis que se llevan a casa, pero a menudo se asocian con medicina para la diversión. 

Si se pudiera ajustar una asistencia inferior a una vez al día sin la provisión de medicación para llevar a casa, podrían participar y seguir en el tratamiento más pacientes sin el riesgo de diversión y sobredosis.