Índice de Comportamiento Objetivo
Contacta y te asesoraremos
Índice de Comportamiento Objetivo
Una medida que capta la frecuencia e intensidad de comportamientos disfuncionales experimentados, así como el uso de los servicios de salud mental, se desarrollaron y probaron como parte de un ensayo de tratamiento controlado de pacientes con trastorno de personalidad borderline.
El índice de comportamiento objetivo (ICO) se realizó con 136 individuos diagnosticados de trastorno de personalidad borderline antes de asignarles al tratamiento y con 35 individuos en cada punto de seguimiento.
Con una excepción, los subíndices del ICO (comportamientos disfuncionales y utilización de servicios) no estaban ni interrelacionados ni se asociaban a ninguna otra medida de estado del paciente.
Los dos subíndices del ICO eran susceptibles al cambio después de un curso de psicoterapia.
El sistema de medición del ICO es fácil de usar y proporciona una información importante sobre la disfunción del comportamiento y la utilización de servicios.
También, al contrario de lo que se esperaba, la utilización de servicios no queda asociada con el estado de comportamiento y sintomático del paciente.
La evaluación de los modelos de utilización del tratamiento y de la efectividad del tratamiento se ha convertido en un objetivo prioritario para los planes de salud mental y de servicios sociales, en especial, en medio de un clima de disminución de fondos públicos.
A diferencia de los médicos, que están interesados en juzgar los efectos del tratamiento desde la dimensión de los cambios de personalidad, de los factores psicosociales y de los síntomas, a los servicios de financiación privada y pública les preocupa cada vez más el evaluar unos resultados mínimamente aceptables, tales como la disminución de la utilización de los servicios y los indicadores objetivos de autosuficiencia.
El principal criterio para plantear la asignación de los fondos es un despliegue de servicios efectivo y eficiente.
Una vez presentadas esas tendencias, se necesitan unas medidas objetivas sobre las disfunciones del comportamiento y frecuencia de la utilización de los servicios en los pacientes que son los que más se sirven de los servicios de salud mental y de asistencia social.
Los pacientes con trastornos de personalidad graves encajan en esta categoría.
Los resultados de las escasas pruebas de control de tratamiento con trastorno de personalidad borderline (TPB; Linehan et al., 1991; Marziali y Munroe-Blum, 1994; Munroe-Blum y Marziali, 1995) y las observaciones del seguimiento de los estudios del curso de la enfermedad (McGlashan, 1986; París et al., 1987; Stone, 1993) demuestran que los pacientes con trastornos de personalidad graves consiguen mejoras después del tratamiento y que los efectos del resultado se pueden colocar en tres categorías: sintomática, psicosocial e instrumental/comportamental.
Contacta y te asesoraremos
Formulario Contacto
C/ Anglí, 54, 08017 Barcelona – España