Enfrentarse a la depresión
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Enfrentarse a la depresión
Signos de depresión
“Mi esposa me abandonó porque no soy lo suficiente bueno para ella. Nunca seré capaz de vivir sin ella.”
“Estoy perdiendo pelo. Mi imagen está empeorando. No le gustaré a nadie nunca más.”
“Soy una secretaria nefasta. Mi jefe me retiene porque le doy pena. Nada de lo que intento sale bien.”
“No puedo hacer las tareas domésticas. Mi matrimonio se desmorona.”
Éstos son pensamientos típicos de gente deprimida.
Aunque estas ideas pueden parecer correctas, realmente muestran un cambio en la manera en que una persona piensa sobre sí misma.
El Cambio – de pensamiento, sentimiento, comportamiento- es un rasgo clave de la depresión.
Aunque el cambio puede ser gradual, la persona deprimida es diferente a cómo era antes de la aparición de su enfermedad – quizás incluso llegue a ser lo opuesto a lo que es normalmente.
Existen muchos ejemplos de este cambio: el ejecutivo de éxito que cree que está al borde de la quiebra, la madre devota que quiere abandonar a sus hijos, el gastrónomo que no puede soportar la comida, el “ligón” al que le desagrada el sexo.
En lugar de buscar el placer, la persona deprimida lo evita.
En lugar de cuidarse, se abandona y descuida su aspecto.
Su instinto de supervivencia puede ser reemplazado por un deseo de acabar con su vida.
Su deseo de tener éxito puede ser sustituido por la pasividad y la retirada.
El signo más obvio y típico de la depresión es un estado de ánimo triste: melancólico, desolado, apático.
La persona deprimida puede llorar aun cuando no parece haber ningún motivo para llorar o le puede resultar imposible llorar cuando ocurre un acontecimiento realmente triste.
Puede tener problemas de sueño o levantarse temprano por la mañana, sin poder volver a dormir.
Por otro lado, sintiéndose constantemente fatigado, puede dormir más de lo normal.
Puede perder el apetito y perder peso, o comer más de lo normal y ganar peso.
Típicamente, la persona deprimida se ve a sí misma de forma muy negativa.
Puede creer que es inútil y que está sola en el mundo y a menudo se culpabiliza por errores o defectos triviales.
Es pesimista sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre su futuro.
Pierde interés por lo que sucede a su alrededor y no disfruta de actividades con las que solía disfrutar.
A menudo, tiene problemas para tomar decisiones o para mantener decisiones que había tomado.
Algunas personas pueden estar deprimidas sin mostrar el típico sentimiento triste, irritable, desanimado.
En cambio pueden quejarse de molestias físicas o padecer alcoholismo o adicción a drogas.
Cuando una persona parece siempre cansada o aburrida con lo que hace, en realidad puede estar deprimida.
Cuando niños brillantes empeoran su rendimiento académico en la escuela durante un tiempo, también puede ser indicativo de depresión.
Incluso existe evidencia de que los niños excesivamente activos pueden estar compensando una depresión subyacente.
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