En general, el alcohol y las drogas no afectan a la productividad de los trabajadores americanos.

Aunque esto nos parezca una afirmación cínica, opuesta a la corriente imperante, nosotros tenemos la evidencia de su veracidad; vamos a examinar el porqué existe una percepción muy difundida de que las drogas son un problema significativo en los lugares de trabajo americanos, y sugerimos de qué forma tendrían que intervenir los directivos y los profesionales de Recursos Humanos. The Journal of Drug Issues 22 (4), 923-937, 1992.

El consumo de drogas en el lugar de trabajo americano parece ser una plaga y uno de los principales factores de los problemas de productividad en este país. 

¿Hasta qué punto son verdad estas acusaciones? 

¿Qué factores se esconden detrás de la atención tan difundida que reciben la drogas como un problema? 

¿Qué se debería hacer? 

En este artículo intentamos ofrecer un análisis de las drogas en el lugar de trabajo, sin la histeria y sensacionalismo que creemos han enturbiado anteriores informes. 

Al eliminar las emociones, los resultados sorprenderán a muchos.

Tan sólo un pequeño porcentaje de la eficacia de los trabajadores se ve afectada por los efectos del alcohol y las drogas. 

Creemos que la imagen de un gran número de trabajadores dañada por el alcohol o las drogas es sensacionalista e incorrecta aunque nos es familiar gracias a los políticos, los medios de comunicación, las revistas financieras y periódicos, así como las personas que trabajan en la industria preventiva de consumo de drogas y alcohol. 

En realidad, tan sólo una pequeña parte de los trabajadores se encuentra afectada por el alcohol y las drogas, sin embargo reciben una desmesurada atención. 

En este informe, demostraremos la evidencia y concluiremos presentando la forma en que tendrían que intervenir los directivos y profesionales de recursos humanos.

Los Costes del Alcohol y las Drogas en el Lugar de Trabajo

La práctica de “valorar económicamente” los problemas del alcohol y las drogas, de forma incompetente en el lugar de trabajo está muy difundida y es habitual que se valore en billones de dólares. 

Por ejemplo, no es nada extraño encontrar estimaciones anuales de al menos 100 billones de dólares en pérdidas de productividad (ver por ejem. Bompey 1988, Segal 1990). 

La verdad es que se desconocen las pérdidas económicas y de productividad debido a las drogas y el alcohol, y su conocimiento podría ser inasequible.

La mayoría de las personas que hacen declaraciones sobre los costes y las pérdidas actúan de buena fe. 

Sin embargo, pocos autores citan sus fuentes de información, y prácticamente todos ellos sin excepción, obtienen los costes a partir de otras estimaciones indocumentadas.