En este número de RET pretendemos aunar la teoría y la práctica y la autoayuda, después del anterior número que lo enfocamos hacia la Salud Pública.

En primer lugar incorporamos un estudio basado en la interpretación de los resultados, utilizando el Test Millon III en una doble vertiente: la comparación entre los perfiles de los pacientes en régimen ambulatorio y en régimen residencial, y la evaluación de su patología a través de este instrumento, nuevo en España como es el test Millon III, pero muy popular entre los profesionales de USA y Europa, y que por sus características puede ser de ayuda en la práctica terapéutica. 

Los resultados de este análisis muestran diferencias significativas, por un lado entre la población general y adictos a las drogas, confirmando en estos últimos las diferencias y la dualidad diagnóstica que todos nos encontramos en nuestro trabajo. 

Asimismo, al poder tener una respuesta, que en el caso del Test Millon nos da una aproximación a la evaluación a través de la nomenclatura y diagnóstico del DSM-IV (manual de clasificación de los trastornos mentales en USA) creemos que es también en España de utilidad para la evaluación de la estrategia de intervención ante el paciente adicto, y los resultados del test en términos de patología en el DSM IV, Axis I y Axis II (trastornos de personalidad) nos puede ser de ayuda en la determinación del tratamiento de elección más adecuada en cada caso, sea en una intervención ambulatoria o residencial.

Otro de los temas desgraciadamente de actualidad en nuestro país, es el abuso de alcohol y sustancias estimulantes, de diseño o no, que esta provocando un incremento en la demanda terapéutica y que nos encontramos en la consulta. 

Las experiencias y respuestas para cubrir estas necesidades en otros países nos ayudan a dar forma a alternativas propias. 

En el estudio que publicamos, se compara favorablemente la eficacia de un programa de día hospitalario, con un programa residencial en pacientes dependientes de la cocaína y el alcohol. 

Los resultados sugieren que una proporción significativa de pacientes pueden beneficiarse del tratamiento de rehabilitación en un programa de día hospitalario en este caso.

Además, el índice de seguimiento posterior del paciente cocainómano ha sido tan alto como el del paciente alcohólico, lo que es un importante indicador de resultado. 

La desintoxicación previa para los dependientes de la cocaína puede aumentar el indice de retención, aunque no es el único factor de fracaso terapéutico.