Una revisión de tratamientos farmacológicos para el abuso de substancias
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Una revisión de tratamientos farmacológicos para el abuso de substancias
Para el tratamiento del síndrome agudo de abstinencia y de mantenimiento de la dependencia de alcohol y opiáceos se han desarrollado nuevas terapias farmacológicas, pero no para la dependencia de cocaína.
Para el síndrome de abstinencia de alcohol se están utilizando benzodiacepinas de vida larga a altas dosis, beta-bloqueantes, y dos agentes anticonvulsivos –carbamazepina y valproato-.
Para el tratamiento de mantenimiento, parecen esperanzadores los antagonistas opioides y varios agentes serotoninérgicos, como la fluoxetina y ondansetron.
En el caso de la dependencia de opiáceos la desintoxicación clonidina-naltrexona se muestra bastante eficaz en relación a su coste, y la buprenorfina y LAAM (levo-alfa-acetilmetadol) parecen prometedores tanto en la desintoxicación como en el mantenimiento.
Sin embargo, se necesitan más estudios para descubrir un compuesto eficaz para poblaciones de consumidores de cocaína (American Journal on Addictions 1996;5:58-65).
Se han desarrollado varias terapias nuevas farmacológicas para tratar el abuso del alcohol, opioides y estimulantes.
Estos compuestos proporcionan alivio en el síndrome agudo de abstinencia o prevención de recaídas.
El principal objetivo de los fármacos que tratan el síndrome de abstinencia agudo es reducir la duración y gravedad de éste.
Dichos fármacos son muy importantes en la dependencia de opiodes y alcohol.
En el caso del alcohol se incluyen benzodiacepinas, betabloqueantes, carbamacepinas y valproato.
Para los opioides se incluye clonidina con naltrexona.
Dado que la abstinencia de estimulantes es menos importante médicamente, la importancia de esta droga se basa en la adquisición inicial de la abstinencia.
Los tratamientos de mantenimiento pueden ser fármacos bloqueantes o substitutivos.
Los bloqueantes mantienen la abstinencia de drogas evitando que la droga consumida produzca sus efectos conductuales o fisiológicos, pero antes de administrar estos fármacos bloqueantes se necesita una desintoxicación para prevenir la precipitación del síndrome de abstinencia de la droga consumida.
Los fármacos substitutivos como la metadona previenen el consumo de drogas ilegales reduciendo el anhelo de droga, la abstinencia y producen tolerancia transversal.
La tolerancia transversal significa que la tolerancia, que es la intensidad disminuida de los efectos de una droga tras su uso repetido y sostenido, se desarrollará no sólo para la droga concreta que se está tomando repetidamente, sino también para otras drogas de la misma clase farmacológica (p.e., metadona y heroína, que son ambas opioides).
Por último, los agonistas parciales como la buprenorfina combinan los dos abordajes en el tratamiento de la dependencia de drogas.
A dosis bajas, los agonistas parciales suprimen los síntomas de abstinencia en pacientes dependientes y producen algunas propiedades de reforzamiento subjetivo.
A dosis altas bloquean el reforzamiento de agonistas completos que podrían ser consumidos.
Todos estos fármacos requieren intervenciones psicosociales para asegurar el cumplimiento así como para facilitar la rehabilitación, que es un componente necesario en cualquier programa de tratamiento de abuso de drogas.
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