El presente estudio evalúa la eficacia de la herramienta cognitiva diseñada para intensificar la motivación para un tratamiento de tipo residencial, sobre una muestra de consumidores de drogas en libertad condicional (N=33).

El trabajo consistía en hacer un listado de las consecuencias negativas del consumo de drogas, así como de las consecuencias positivas de la abstinencia en relación a siete “divisiones del yo” (social, mental, conductual, física, emocional, motivacional y espiritual/filosófica). 

Aunque realizar esta tarea cognitiva de inducción en los primeros 10 días de tratamiento (inducción inmediata) no parecía mejorar la disposición motivacional al tratamiento, un grupo comparativo que recibió la estrategia de inducción, 1 mes después de iniciar el tratamiento (inducción demorada) obtuvo en los índices de motivación puntuaciones significativamente superior a la de los sujetos del grupo de inducción inmediata. 

Se sugiere que los destinatarios del tratamiento involuntario necesitan de un breve periodo de aclimatación antes de cambiar sus enfoques, desde presiones externas (p.e., reaccionar contra la autoridad y estructura impuestas recientemente) hasta acontecimientos internos (p.e., evaluación personal de las consecuencias del consumo de drogas).

Introducción

Este estudio es una comparación experimental, entre la administración inmediata y demorada de una intervención cognitiva, para intensificar la motivación al tratamiento en consumidores de drogas en libertad condicional. 

La mayoría de modelos de intervención se basan en la asunción de que el cliente tratado está motivado y percibe el cambio personal como beneficioso (Annis y Davis 1989). 

La presencia de motivación adecuada también se ha descrito como un requisito previo y obligatorio para el tratamiento del abuso de sustancias, con el cual los esfuerzos del tratamiento serían ineficaces (Beckman 1980). 

De hecho, los sujetos que el terapeuta ve como dispuestos y motivados para cumplir el tratamiento, mantienen la abstinencia tras ser puestos en libertad, mejor que sus compañeros no motivados (Finlay 1977; Gillis y Keet 1969; Schorer 1965). 

En estos resultados está implícito el concepto de que los cambios conductuales sólo se han conseguido tras ciertos requisitos previos cognitivos.

De acuerdo con Miller y Rollnick (1991), uno de los más importantes requisitos cognitivos previos es el cambio en la balanza de decisión entre los beneficios y los costes asociados al consumo de drogas. 

Hay cuatro tipos de pesos que constituyen la balanza de la indecisión (Mann 1972). 

Estos pesos se refieren a los pros y contras de mantener una conducta o de no mantenerla. 

Concretamente, uno debe considerar los beneficios obtenidos de la droga (p.e., reducción del estrés, red social, etc.); las desventajas o costes de la abstinencia (p.e., incapacidad percibida para reducir el estrés, pérdida de amigos, etc.); los aspectos negativos del consumo continuado de drogas (p.e., deterioro físico, interferencia con el rendimiento laboral, etc.) y los beneficios positivos de la abstinencia (p.e., condición física mejorada, mayor claridad de pensamiento, etc.).

Según la perspectiva que se adopte en la balanza de decisión, los cambios en la conducta no ocurrirán hasta que se adopte este estado de ambivalencia y los beneficios de la abstinencia se valoren más que los costes de la misma.