Resumen. Para caracterizar los comportamientos actuales de riesgo de abusadores de drogas infectados de VIH en la era de la terapia antiretroviral altamente activa (TARAA), se obtuvo información socio-demográfica, médica y sobre el comportamiento y se determinaron medidas inmunes. 

Las prácticas sexuales de alto riesgo fueron prevalentes. 

Los pacientes diagnosticados antes de 1995 tenían 6 veces más de probabilidad de practicar el sexo sin protección con parejas VIH + (p = 0.05) y 11 veces más de probabilidades de utilizar agujas contaminadas (p = 0.05) que los participantes diagnosticados con posterioridad. 

Solo el 7% de la cohorte notificó el uso constante de condón. 

Muchos de los pacientes (el 43%) comunicaron que coincidían con parejas tanto seropositivas como seronegativas. 

La mayoría (el 65%), especialmente mujeres, (OR = 3, p = 0.02) practicaban sexo bien por dinero bien por droga. 

A pesar de las cargas virales detectadas, el 36% comunicaron haber practicado el sexo anal sin protección. 

Los hombres con tratamiento antiretroviral, comparados con los no tratados, tenían tendencia a practicar el sexo anal sin protección (OR = 2, p = 0.07). 

El comportamiento de alto riesgo continuado por parte de los consumidores de droga VIH+, especialmente de los diagnosticados antes de 1995 y/o sometidos a terapia antiretroviral, indica la necesidad urgente de nuevas estrategias de salud pública.

Palabras clave. Recaída, consumidores de droga, VIH, supervivientes a largo plazo, TARAA (Terapia antiretroviral altamente activa).

Introducción

Una extensa estrategia de la prevención del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) incluye el conocimiento del estado de VIH, el apoyo psicológico para reducir comportamientos de alto riesgo y poder remitirse a alguien para recibir unos cuidados adecuados. 

Tras el diagnóstico, un porcentaje sustancial de personas infectadas de VIH reducen su comportamiento de alto riesgo; este cambio de comportamiento incluye la utilización de agujas limpias, una reducción en el número de parejas sexuales y el uso continuado de condones. 

A pesar de los esfuerzos en educación sanitaria y de la conciencia social, estudios recientes han dejado entrever que tanto los hombres como las mujeres seropositivos y seronegativos siguen adoptando comportamientos de alto riesgo, tales como la práctica de sexo sin protección y/o el uso de parafernalia contaminada.