Cuando las sesiones de varios intentos operantes tienen que ser completadas con éxito para obtener una recompensa, los monos aprenden rápidamente a ajustar su actuación de conducta mediante el uso de indicaciones visuales que señalan cuántos intentos se han completado y cuántos quedan por completar en la sesión en curso.

Las ablaciones bilaterales de la corteza rinal (perirrinal y entorrinal) impiden de forma irreversible este aprendizaje.

En este estudio aplicamos una técnica de DNA recombinante para investigar el papel del receptor de dopamina D2 en la corteza rinal para este tipo de aprendizaje.

Se inyectó una construcción de ADN en la corteza rinal que disminuía de forma significativa la unión del ligando con el receptor de D2 y producía de forma temporal el mismo déficit de aprendizaje profundo que se observaba tras la ablación.

Sin embargo, al contrario que en el caso de la ablación, los monos tratados con DNA cuyo blanco eran los receptores de D2 recuperaraban la capacidad de aprendizaje con indicaciones tras 11-19 semanas.

El hecho de inyectar una construcción de DNA que disminuía la unión entre ligando y receptor de N-metil-D-aspartato pero no la del receptor de D2, no interfirió con las asociaciones de aprendizaje entre las indicaciones y las sesiones.

Un segundo tratamiento dirigido al receptor D2 administrado tras la recuperación del primer tratamiento a base de DNA dirigido a los receptores D2 (un mono), tras el tratamiento con DNA dirigido a los receptores de N-metil-D-aspartato (dos monos), o tras un tratamiento con el vector (un mono), indujero también a un déficit de aprendizaje de la misma duración.

Estos resultados sugieren que el receptor D2 en la corteza rinal de los primates es esencial para aprender a relacionar las indicaciones visuales con las sesiones.

La especificidad de la manipulación de los receptores que se estudia aquí sugiere que este enfoque podría generalizarse en este u otro camino cerebral para relacionar los mecanismos moleculares con las funciones cognitivas.