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Número variado en la temática, como es costumbre después del verano, para no aburrirse.
Incidimos desde la farmacología hasta la genética, pasando por un artículo sobre índice de retención, en programas residenciales de larga duración, para disfrute e interés del modelo terapéutico libre de drogas del tipo comunidad terapéutica clínica, modelo de gran interés personal, pero que no siempre tiene la literatura que se merece.
En el artículo sobre los Efectos antipsicóticos y antidepresivos de los antipsicóticos de segunda generación, ¿dos mecanismos farmacológicos diferentes? nos ayuda a desmenuzar el mecanismo de acción de los antipsicóticos de nueva generación y su efecto clínico y eficacia.
Se recuerdan las acciones en el sistema dopaminérgico por un lado, y la inhibición de la reabsorción de la noradrenalina y serotonina con el consiguiente efecto antidepresivo.
Esta explicación nos adentra en el bloqueo postsináptico del receptor D2 dopaminérgico como base terapéutica en los síntomas positivos.
Y la activación de los auto receptores 5-HT2 conlleva activación de neuronas serotoninérgicas.
Otro de los artículos que creemos de interés es el de La comunicación entre el medico-paciente en oncología: y la influencia de la orientación psicosocial y el agotamiento.
El resultado de un estudio multicéntrico a nivel europeo, incluido el desarrollado en Barcelona por Francisco Gil en el Hospital de Bellvitge, sugiere que existe una necesidad de formar a los oncólogos en la comunicación médico-paciente para promover el enfoque psicosocial de manera más definida en la atención sanitaria del cáncer en los países mediterráneos.
Destacar que uno de los indicadores de calidad de vida del paciente con cáncer, como no podía ser de otra manera, es su sufrimiento psicológico.
La intervención técnicamente avanzada por parte del médico es clave y se está dando formación complementaria.
Cuando el médico se siente inseguro en áreas como tratar con el rechazo, manejar la incertidumbre, evaluar la ansiedad y la depresión, y promover la franqueza de la familia del paciente, se asocia a síntomas de agotamiento, realización pobre en el trabajo, y mayores expectativas de resultados negativos.
Cuando el médico tiene habilidades de comunicación, es decir, usando preguntas abiertas, la escucha activa, las clarificaciones, la selección de áreas problemáticas, animar a los pacientes a expresar sus preocupaciones y emociones, la empatía, etc., facilita la detección rápida de los problemas emocionales y una derivación temprana.
Además, la iniciación a la Terapia Racional Emotiva como mecanismo eficaz de aproximación a las emociones, y su aprendizaje a traves del ABC es una fórmula sencilla de entender cómo el paciente, a través de sus mensajes irracionales, sus pensamientos negativos desencadena un cúmulo de emociones como la ansiedad, rabia, dolor, miedo etc., que manejados, redundará en una mejora del paciente y un mejor cumplimiento del tratamiento.
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