En el artículo denominado Ingesta de ácidos grasos omega 3 de cadena larga, consumo de pescado y trastornos mentales, desarrollado por un equipo de la Universidad de Navarra y por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se estudia un tema que desde hace mucho tiempo se viene trabajando: se ha sugerido que la ingesta de ácidos grasos omega 3 de cadena muy larga (w-3 PUFA) y el consumo de pescado son factores protectores contra los trastornos neuropsiquiátricos pero hay escasez de estudios.

Diferentes estudios clínicos han estudiado los efectos beneficiosos de los suplementos con w-3PUFA en pacientes con esquizofrenia, en el trastorno bipolar, en la depresión en jóvenes y adultos o en la depresión posparto. 

Asimismo en adicciones se ha estudiado los efectos de los ácidos grasos, en la disminución de la violencia en cocainómanos. También en depresión.

En otras ocasiones, se ha incorporado de manera sistemática en pacientes en los que el omega 3 podría tener un efecto protector tanto físico como psicológico. 

Así el psiquiatra Shervan Sheider en su libro Dieta Anticáncer, nos habla de las propiedad anticancerígenas de los ácidos omega 3. 

Además de ello, en este contexto, la ingesta de omega 3, apunta, podría tener un efecto protector a nivel emocional, debido a sus efectos en el contexto de salud mental. 

En este estudio, en sus Conclusiones, se sugiere un beneficio potencial de la ingesta de w-3 PUFA sobre los trastornos mentales. 

Los estudios no son concluyentes por la dificultad de metodología, aunque considerando el conocimiento existente acerca de este tema, se requieren más estudios longitudinales con un periodo de seguimiento mas largo, con una mejor evaluación del estado mental y usando también biomarcadores de la ingesta de ácidos grasos w-3 para una mejor determinación de la relación dosis-respuesta. 

Esto es una constante, pero creemos que los múltiples datos son suficientes para seguir avanzando en la incorporación del factor dieta en la intervención terapéutica. 

Desde hace años modelos de intervención como la dieta ortomolecular han hecho incidencia, en los diferentes campos de la medicina, y también en psiquiatría. 

A la vista de estos y otros resultados, se apunta la posibilidad de dar complementos omega 3 en la dieta del paciente en tratamiento, si se confirman datos, o desde un contexto de prevención en salud mental.